Muchos líderes piensan que mejorar la cultura de su empresa es tan simple como agregar beneficios: un viernes de pizza, un after office o una mesa de ping-pong. Pero cuando los colaboradores siguen renunciando y la motivación cae, es evidente que el problema es más profundo. ¿Cómo saber qué está fallando? Midiéndolo.
Si no lo mides, no lo puedes mejorar
Según Gallup, solo el 32% de los colaboradores a nivel global se sienten comprometidos con su trabajo. El resto está desconectado o activamente buscando otra opción. ¿Por qué? Porque la cultura que se predica muchas veces no es la que se vive. Y cuando eso pasa, la gente se va.
Medir la cultura organizacional no es un lujo, es una necesidad. Y aquí te damos tres razones por las que hacerlo te puede salvar de perder talento:
· La percepción interna no siempre es la real. Lo que la alta dirección cree que es la cultura no siempre coincide con la experiencia del equipo.
· Detectas problemas antes de que impacten en los resultados. Si la rotación aumenta o el compromiso cae, necesitas saber por qué, antes de que sea tarde.
· Mejoras la toma de decisiones. No se trata de adivinar qué motiva a tus colaboradores, sino de basarte en datos reales.
Si no tomas acción, alguien más lo hará
Las empresas que no gestionan su cultura corren el riesgo de perder a sus mejores talentos ya que los colaboradores no dudarán en buscar un lugar donde sí se les escuche.
Cada día que postergas medir la cultura de tu empresa, abres la puerta a la desconexión, la desmotivación y, eventualmente, la fuga de talento. Los colaboradores ya no renuncian solo por salario; renuncian a ambientes tóxicos, a líderes ausentes y a culturas incoherentes.
Si no inviertes en entender y mejorar tu cultura, tu competencia lo hará por ti. Y cuando eso pase, no habrá viernes de pizza que lo arregle.
¿Cuándo fue la última vez que mediste la cultura de tu empresa? Si no tienes una respuesta clara, es momento de empezar.
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